24.8.10

en mi almacen de besos.


Entonces te imagino. Avanza con lentitud. Se arrastra por mi garganta. Habla de tí. Desea respirar. Desea dejarse llevar. Fantasma casual. Quedó atrapado. Retrato. Fue y es la huella de mi voluntad. Quiero poder guardar cada una de tus sonrisas en el almacén de mis besos. Siente la electricidad de mi llanto. El inundado vagón que forman mis palabras. Entonces dejo de imaginarte. Entonces dejas de olvidar que pronuncio todas tus consonantes. En mi ventana no existe ilusión que no seas tú.

23.8.10

mi sol de madrugada.



Arremetí mi corazón contra las paredes de mi pecho, apreté contra mis párpados la luz. Intente no dejar paso a las lágrimas. Deshice tus translúcidos labios en polvo. Nunca supiste que dedicaba noches enteras imaginando nuestro encuentro. Ascendiste a las nubes veintitrés años después, y aún seguía acordándome de tu suave cabello. Esperé a que respondieras a mis súplicas, pero nunca fuiste consciente de que detrás de toda esta cortina de escombros se encontraban todas mis ganas de amarte. Mis mayores fuerzas. Mi sol de madrugada.




huelen a lluvia