23.8.10

mi sol de madrugada.



Arremetí mi corazón contra las paredes de mi pecho, apreté contra mis párpados la luz. Intente no dejar paso a las lágrimas. Deshice tus translúcidos labios en polvo. Nunca supiste que dedicaba noches enteras imaginando nuestro encuentro. Ascendiste a las nubes veintitrés años después, y aún seguía acordándome de tu suave cabello. Esperé a que respondieras a mis súplicas, pero nunca fuiste consciente de que detrás de toda esta cortina de escombros se encontraban todas mis ganas de amarte. Mis mayores fuerzas. Mi sol de madrugada.




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huelen a lluvia